jueves, 17 de mayo de 2012

LO QUE PASA EN LAS REDES SOCIALES NO SÓLO SE QUEDA AHÍ.



Liliana Buendía es una mujer colombiana de 28 años de edad, publicista egresada de la Fundación Universitaria San Martín, con especialización en Relaciones públicas y Mercadeo digital. Es una de las grandes estrategas de comunicación digital para multinacionales de publicidad como Mccann Erickson.

Liliana comenzó a interesarse en las redes sociales en el año 2002 cuando era estudiante de Publicidad y Mercadeo, gracias a una materia (muy futurista e interesante) llamada Comunicación digital.

Liliana vivió intensamente la época de la creación y evolución de las redes sociales del 2001 al 2006, mientras investigaba qué pasaba con y en ellas. Fue esa época en la que este tema solía ser muy desconocido, tanto por las personas naturales como por las jurídicas. Internet solía ser un medio impersonal, en el que “chatear” era la forma de comunicación que más se acercaba a una interacción más estrecha.  El uso de la mensajería instantánea también hizo posible tener un contacto más “personalizado” con los demás, gracias a la oportunidad de tener conversaciones en tiempo real, incluso con varias personas a la vez, fenómeno que la tecnología no había permitido anteriormente.

Los grandes proveedores de mensajería instantánea eran Latin mail, Yahoo y Hotmail; de los cuales Hotmail logró adaptarse mejor a las necesidades de los usuarios y evolucionar a través del tiempo para  mantenerse en el mercado y encabezarlo con el MSN Messenger.

Sin embargo, las formas de comunicación en la web seguían siendo limitadas por su dificultad de crear relaciones, convirtiendo los mensajes en  mensajes impersonales. Todo se limitaba a conversaciones ocasionales, que no generaban efectos a largo plazo (lo que ahora logran las redes sociales).

De esta necesidad surgieron las redes sociales con un atractivo particular que permite compartir tu vida cotidiana con otros sujetos a través de la internet. El gusto por este tipo de contenido comenzó a extenderse mundialmente, por lo cual surgieron muchas opciones de páginas que ofrecían ese servicio en el que mucha gente se conecta a publicar contenido personal y pueden interactuar unos con otros por medio de comentarios y/o “Me gusta”. Quienes inicialmente prestaron este servicio fueron: My Space, Hi5 y el “campeón” de todos (que se quedó con el negocio real) fue Facebook, creación del estadounidense Mark Zuckerberg.

Facebook, tiene una gran cantidad de aplicaciones y funcionalidad claves para las personas y, por ende, para las marcas. Ha logrado posicionarse como una de las experiencias interactivas más dinámicas y mejor logradas en este tipo de plataformas, creando relaciones entre sus usuarios (así no se conozcan personalmente).

El uso de estas redes ha trascendido de saber “qué están haciendo nuestros amigos” a convertirse en una plataforma empleada también para hacer negocios, significando una herramienta muy útil para posicionar una marca… ¿Qué habría sido de políticos y empresas (actualmente posicionados) sin haber hecho campaña en ellas?

Sin duda, hoy estamos no sólo frente a una nueva forma de comunicación, sino a un fenómeno que ha transformado nuestros hábitos y gustos comunicativos.  Hoy, prácticamente cualquiera que no sea parte de las redes sociales pareciera ser alguien de otro mundo “no existe”, como alguien desactualizado;
Pero, ¿cuál será el siguiente paso? ¿Hacia a dónde seguirá evolucionando la forma de comunicarse?  Eso es algo que puede alcanzarnos quizá más pronto de lo que pensamos… y según Liliana Buendía, es la herramienta más eficiente y eficaz que cualquier persona (natural o jurídica) pueda tener en sus manos.

Sin embargo, Liliana aclara que cuando ella habla de grandes empresas,  no diferencia entre privadas o administraciones (ya que funcionan de la misma manera que las grandes empresas privadas). Para  ella, aún queda un largo camino por recorrer en el tema de las redes sociales en la internet porque hay empresas que todavía no confían en su efectividad en la producción que puede traer el crear relaciones cercanas con su target; dice, que el cambio debe producirse en el ámbito de los Recursos Humanos porque si lo 2.0 entra en la empresa, como suele ser habitual, por la vía del mercadeo, es fácil caer en el error de que todo sea una fachada, es decir, que lo que se muestre al público sea mentira y se sobrevaloren las virtudes de la compañía y/o los productos (lo cual sería un grave error que podría costarle, seguramente, la imagen a la compañía a nivel mundial).

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